Hace pocas semanas se ha presentado el concurso del Bosque Metropolitano de Madrid. Se trata de una propuesta que, como anteriormente hemos indicado desde Madrid Borde Sur, nos parece de gran interés y potencialidad para la ciudad; una propuesta que también deberá tener en cuenta las reivindicaciones de quienes viven en cada una de sus zonas.
En total, el concurso internacional de ideas propuesto por el Ayuntamiento de Madrid incluye cinco zonas principales, de las que dos de ellas (la 4 y 5) corresponden en parte al espacio donde Madrid Borde Sur lleva trabajando desde hace casi dos años, junto con agentes y colectivos sociales de la zona.
El concurso y su ordenación previa, presentada por Silvia Villacañas (Ayto de Madrid) entre otras personas, incluye aspectos muy positivos para la estructuración del Sur de Madrid y la imprescindible conexión de las periferias urbanas, en la actualidad inconexas y abandonadas en muchos casos a su suerte.
La introducción de muchas de las reivindicaciones y ordenaciones expuestas al propio Ayuntamiento en sucesivas reuniones durante los años pasados nos esperanza, y creemos que esta es una oportunidad única (quizá última) de darle la vuelta a la creciente falta de cohesión social y urbana en la zona Sur de Madrid, y en sus periferias en general.
Es posible conseguirlo proponiendo soluciones funcionales, que mejoren la vida de sus vecinas y vecinos así como su movilidad y entorno urbano mediante la implementación de nuevas zonas verdes cualificadas, dotaciones y servicios públicos, así como sendas ciclistas y pasos peatonales para conectar los municipios y barrios de la zona.
La oportunidad, dada la enorme escala de la actuación que plantea el Bosque Metropolitano, puede enfocarse incluso en un cambio de paradigma para el modelo productivo de determinadas zonas de la periferia, potenciando la economía y producción sostenible, apostando por energías renovables así como incentivando empresas respetuosas con el medio ambiente y con el entorno o proponiendo nuevos usos que pongan en valor el patrimonio preexistente en algunas zonas.
Es el momento de pensar más allá de la M30 y la M40, una oportunidad única de pensar los bordes de Madrid para convertirlos en espacios de oportunidad, diversidad y cohesión entre barrios y municipios. ¡Seguimos!